Hoy día Mundial de la diabetes voy a comenzar una serie de post para ponerle cara a la diabetes y poder hablarle de tú a tú. Lo primero que quiero decir es que la diabetes es muy sibilina, muy traidora, es un lobo con piel de cordero. Pero si sabemos tratarla como se merece, solo debemos tenerla respeto y no miedo.
Y es sibilina porque va entrando poquito a poco, sin síntomas y desde el principio ya va haciendo de las suyas. Cuando una diabetes ya da síntomas, es decir ataca a órganos diana, ya no hay marcha atrás.
Existen varias formas de diabetes, pero a grandes rasgos se resumen en diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2.
La diabetes tipo 1 es la diabetes de los niños. Generalmente debuta en la infancia y adolescencia. Se trata de un problema del páncreas. Por diversos motivos, la célula beta del páncreas, que es la que produce insulina, se agota o se destruye, por lo que deja de producir insulina. La insulina es la sustancia que hace que se introduzca el azúcar que consumimos en la célula. Aparece de repente, de forma brusca, con cifras de azúcar muy elevadas. Se acompaña de lo que llamamos síntomas cardinales: sed intensa, aumento de la cantidad de orina, hambre (polidipsia, poliuria y polifagia), cansancio y pérdida de peso. Estos pacientes necesitan insulina de forma inmediata y si no se tratan pueden llegar a morir.
La diabetes tipo 2 es la plaga del siglo XXI. Un 90% de todas las diabetes en el mundo son diabetes tipo 2. Debido al cambio de hábitos de la sociedad, el sedentarismo, la mala alimentación, este tipo de diabetes cada vez es más prevalente y se calcula que el 15% de la población adulta en España padece diabetes .
En la diabetes tipo 2 la producción de insulina por el páncreas es normal, pero el problema radica en que el organismo no puede usarla eficazmente. Se produce lo que llamamos resistencia insulínica. Parece ser que la resistencia insulínica viene determinada genéticamente, pero también es favorecida por la obesidad, entre otros factores. Como el organismo no es capaz de metabolizar los hidratos de carbono, aumenta la producción de insulina. Ese aumento de insulina en sangre hace que se aumente de peso, que a su vez aumenta la resistencia insulínica. Es decir, nos metemos en un círculo vicioso. A diferencia de la diabetes tipo 1, este tipo de diabetes comienza de forma insidiosa, con cifras un poquito elevadas de glucosa. El tratamiento al comienzo de la enfermedad puede ser tan fácil y barato como el estilo de vida saludable. En ocasiones, si esto falla, se trata con fármacos vía oral y en último caso con insulina inyectada.
Los órganos diana de la diabetes son fundamentalmente el ojo, el corazón, los riñones y el sistema nervioso, llegando a producir complicaciones como ceguera, insuficiencia renal, úlceras en piernas y/o amputaciones. ¿Ahora entiendes por qué es un lobo con piel de cordero?
La buena noticia es que, aunque en ocasiones no podemos prevenirla, si podemos controlarla. Es fundamental cambiar los estilos de vida con una alimentación variada, sin productos industriales ni precocinados, e introduciendo el ejercicio en nuestra vida.
A lo largo de estas semanas iré explicando más sobre la diabetes para que le pongamos cara y no nos de tanto miedo, aunque si respeto, para no bajar la guardia.
Y ahora, que pase el siguiente.