Hoy con la resaca del Halloween celebramos en España y en otras partes del mundo el día de difuntos. Así que creo que es el momento adecuado de hablar del duelo.
Vivir la pérdida de un ser querido es, probablemente, unas de las experiencias más duras que un ser humano tiene que afrontar. Hay tantas formas de duelo como seres humanos. Cada uno vivimos el duelo de una forma diferente y cada uno de nosotros buscamos mecanismos de defensa ante ese dolor.
No existe un tiempo establecido de duelo. Puede durar desde meses hasta años, siendo el primero el más complicado de todos, porque siempre hay un recuerdo del año anterior, donde la persona a la que añoramos estaba viva.
Hay muchos modelos teóricos que describen el duelo. Elisabeth Kübler- Ross, (psiquiatra, probablemente una de las mayores expertas mundiales en temas de la muerte y cuidados paliativos) describe 5 etapas del duelo:
- Primera etapa : la negación. Aparecen pensamientos como «esto no me está pasando» o «no voy a poder vivir con este dolor». Esta fase de negación ayuda a poder soportar el dolor
- Segunda etapa: La ira. Despertamos de esa negación y nos revelamos ante lo ocurrido. Aparecen pensamientos como «no es justo» «¿Por qué a mi?. Es importante dejar salir esa rabia o ira y no intentar contenerla porque soltar esa ira es parte del proceso de curación.
- Tercera etapa: el reproche. En esta etapa aparecen pensamientos de reproche ante lo sucedido. Aparecen frases como «si hubiese dejado de fumar…» «Si hubiese ido al médico…». Es una posición de estar a la defensiva para no aceptar la pérdida del ser querido. Suele ser la fase de menor duración
- Cuarta etapa: la depresión o tristeza. Nos damos cuenta de que la muerte es un hecho, entonces aparecen síntomas similares a los que aparecen en la depresión. Tristeza, llanto, desesperanza. Parece que la tristeza va a ser para siempre y, aunque pensemos que estamos deprimidos y de hecho mucha gente solicita tomar medicación, no es más que una fase normal del duelo y no requiere tratamiento.
- Quinta etapa: la aceptación. Es la última etapa. Aparece cierta paz y la vida parece cobrar más protagonismo. La vida sigue y, aunque a veces no podamos evitar estar tristes, la rutina vuelve a aparecer en nuestra vida. Yo digo que es cuando se cierra el agujero, ese que no hemos podido llenar con nada. Cuando se piensa en la persona que hemos perdido , en vez de ese agujero, aparece una tímida sonrisa y una sensación de paz.
No siempre aparecen estas etapas de manera cronológica e incluso hay personas que solo pasan por alguna de estas etapas.
Para poder ayudar a una persona que está pasando un duelo debemos escucharle. Podemos ayudarle pidiendo que nos hable del ser querido, recordándole. Debemos dejar que llore y que saque sus sentimientos sin juzgarle o reprocharle el hecho de que esté enfadado o triste.
A veces el duelo se complica y se queda estancado en alguna de las fases, llegando a derivar en una depresión o e incluso a síntomas físicos. En este caso debe se debe consultar a un profesional para que le ayude a salir de esta situación.
Espero que te haya servido de ayuda y ahora que pase el siguiente